LOS INOCENTES (1962)

Producción: Suevia Films-Cesáreo González (Madrid) y Producciones Eduardo Borrás (Buenos Aires), 1962. Argumento: Juan Antonio Bardem, Antonio Eceiza y Elías Querejeta. Guión: Juan Antonio Bardem y Eduardo Borrás. Fotografía: Albert Etchebehere (B/N). Música: Isidro B. Maiztegui. Decorados: Gori Muñoz. Montaje: Jorge Gárate y Margarita Ochoa. Maquillaje: María Lassaga. Ayudante de dirección: Julio C. Vázquez. Jefe de producción: Ricardo Nieto. Director de producción: Marciano de la Fuente.

Intérpretes: Alfredo Alcón (Guido), Paloma Valdés (Elena Errazquín), Enrique Fava (Ignacio Errazquín), Zelmar Gueñol (Leiva), Fernanda Mistral (Laura Errazquín), Ignacio de Soroa (Ricardo Errazquín), Pepita Meliá (Dola Eloísa Errazquín), Fabio Zerpa (Mauricio), Lia Casanova (Natalia), Eduardo Muñoz (Dionisio), Julián Pérez Ávila, Alberto Barcel, Mónica Linares, Pepe Armil, Aida Valdez, Ariel Abasalón, Josefa Goldar, Carmen Giménez, Mirtha Dubner, Roberto Bordoni, Juan Carlos Galván, Alicia Bonet, Jorge Monteagudo, Aida Villadeamigo, Nelly Lecler, Rafael Chumbita, Martha Bensanz, Luis Corradi.

Marzo en la ciudad de Mar del Plata. Una tarde lluviosa, en la carretera de la costa, un hombre y una mujer se matan en un accidente de automóvil: el hombre, Félix Errazquín, viudo, poderoso industrial, pertenece a una conocida familia; la mujer, Isabel Sartori, casada, es una desconocida, enfermera de profesión. ¿Los unía una fortuita aventura? ¿O una amistad secreta? Nadie lo sabe. Pero ese accidente y esa muerte han de cambiar, con su signo, la vida y la suerte de otro hombre: Guido Sartori, el marido de Isabel, empleado de banca. Ahora, súbitamente, para el mundo que lo rodea, es el marido engañado. De la noche a la mañana, la soledad lo cerca; y, con la soledad, vienen la amargura, el rencor. ¿De qué se conocían su mujer y Errazquín? ¿Qué relación los unía? En el banco, los compañeros ríen a sus espaldas, y, cuando está presente, lo miran de un modo raro. Trámites que derivan del accidente hacen que Guido Sartori y Elena Errazquín, la hija menor de Félix, se conozcan casualmente. Una mutua simpatía los acerca, primero; y, luego, un sentimiento más fuerte los une. Por piedad, por bondad, ella se siente atraída hacia ese hombre joven y triste, a quien brutalmente una frivolidad del padre quizá ha destruido la vida; él también va hacia ella insensiblemente, seducido por la pureza de la muchacha, por su presencia joven. No hace falta más para el amor. Pero los mundos a que pertenecen, distantes, herméticos, se rechazan recíprocamente. Queriéndose, acabarán por separarse. Guido Sartori será gerente de un banco de los Errazquín, en una lejana provincia. Elena, perdido el amor, tendrá que afrontar dolorosamente la realidad.

[del pressbook original de 1962]